
Desciende, desciende, miénteme sobre mi vientre, gime sobre tu dicha.
Dime, sigue, siente mí simiente.
Ya solo brilla un diamante sobre un suelo mugriento.
Mírame desde ojos sangrientos.
Tu siempre detrás de todo, hojas y escarcha,
Montañas y sombras.
Solo un anhelo en el segundero,
Diosa de los ciegos.
Miro tus sueños desde espejos sinceros.
Contra más lejos quiero estar más te acercas.
Cuando quiero estar cerca, tu té alejas.
Ya sé que soy un comediante, un diablo de pandereta.
Leilo en escena, un alma en pena.
Ya queda poco de mí, apeas un resquicio de lo que fui.
Vacío y yermo.
Reír del arlequín que es parte de la luna.
Pero nunca entenderéis su duda.
El abogado adramelek.