lunes, 26 de diciembre de 2011

Quid obscurum, quid divinum.

Los danzarines oscuros y los del viento han despertado.
Los sellos se rompen.
Los guardianes dudan, Morrigan empieza a atraerlos.
El crepúsculo encarnado amplia el silencio y las sombras.
El viento helado pasa por las atalayas del norte, sur, este y del oeste.
El durmiente está despertando un momento en el pasado, fugaz en el pensamiento.
La noche brilla con furor.
La música resuena en las almas.
La letra de los inmortales, roídas por gusanos.
Los Claros de los bosques, El crepúsculo, la niebla.

Adramelek.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

El despertar del durmiente.


Es el vacío que me corroe, no creo que me entendáis. Por suerte no lo hacéis y quien lo hace quiero salvarlo de este infierno. Ojala si me eliminaran extinguiera ese infierno.
Es la sed sin ser saciada.
Es la injusticia sin hallar paz.
La pasión incomprendida.
La prisión invisible.
El creador estéril.
El destructor inútil (las personas tienen que hallar su propio camino)
Un artista irredento,una simple basura.
Ojala, ojala pudiera crear.
¿No veis la luz en la oscuridad?
¿A personas con una belleza horrorosa?
¿Acaso no sentís la música circular por vuestras venas?
¿Escucháis al viento?
¿Cual de ellos soy yo, todos ellos o ninguno?
Siempre me quedara la noche.

Adramelek.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Fragmento de extraño cuento.




Ante los insistentes requerimientos por parte de una lady de la nobleza inglesa para que publicara, este humilde irlandés se ve obligado a publicar un fragmento de su cuento (con nombre aún por concretar) por el que perderéis todo gusto por la literatura(si lo teníais) dada a su deleznable prosa.
Acto 1 : DE VUELTA A CASA.
Lucia un sol cegador en aquel idílico y extraño pueblo, todo el mundo sonreía satisfecho.
Clarise caminaba de vuelta a casa.
Nada parecía indicar la tragedia.
Clarise, era vital como cualquier posible chica de su edad. Extremadamente sensible, posiblemente demasiado, escuchaba la noche el rumor de vetustos árboles y lloraba por la caída de una hoja.
Trabajaba en una panadería como ayudante de un viejo y esmirriado panadero.
El solía decir _hija la vida nunca es lo que parece_
Claris se detuvo bajo el dintel de la puerta, lívida sus ojos prácticamente se le saltaban de sus orbitas.
En aquella casa vivía junto a sus padres, su padre Victoriano media 2 metros tanto de alto como ancho y parecía siempre sonreír (Las casas están vivas).
Su madre Julia era alta y delgada como una torre con largo cabello negro (Pinta sus sueños).
Claris miraba paralizada, todo su hogar estaba cubierto de sangre.
En la pecera, agua enturbiada con sangre, un pez mordisquea un trozo de cerebro.
Vísceras deformes sobresalen de cazuelas y sartenes.
Dentro de una nevera un corazón del que surgen témpanos de hielo sanguinolentos.
Intestinos como guirnaldas navideñas.
Un profundo hedor a excrementos y bilis inundan el ambiente.
Un ojo solitario observando desde dentro de un vaso.
Docenas de moscas revolotean en una danza caótica.
Una copa medio llena de espesa y negruzca sangre.
Dio dos pasos hacia atrás pisando su falda ; cayó de espaldas, chillaba pero solo un hilo de voz surgía de su garganta, respiraba agitadamente, sus pulmones estaban vacíos.
Bañada en sudor frio. Sus ojos no miraban hacia la nada.
Minutos después un enjambre de aldeanos rotan alrededor del cuerpo inerte de Claris.
Lívida durmiente de alma desquebrajada.


El abogado Adramelek.